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Afiches chilenos de los años 60 y 70

Afiches chilenos de los 60 y 70

La década de los 60 fue un período convulsionado. Las tensiones originadas por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética se propagaron a lo largo y ancho del globo, que fue testigo de recurrentes conflictos y del surgimiento de diversos movimientos sociales que abogaban por transformaciones.

Chile no estuvo ajeno a dichos fenómenos. Durante estos años se desenvolvieron procesos como la reforma agraria, la reforma estudiantil y la chilenización del cobre, en medio de un clima de creciente polarización política. Este contexto de efervescencia sirvió como fermento para la creación artística, que asumió la denuncia de las desigualdades sociales y de la injusticia como una de sus principales preocupaciones. Sin perder contacto con la realidad local, los artistas jóvenes buscaron desarrollar un lenguaje contemporáneo, recogiendo elementos de corrientes internacionales como el pop art, el arte povera italiano y la psicodelia.

Al mismo tiempo, emergió una pujante industria cultural, que requirió el servicio de profesionales especializados para la elaboración de carátulas de discos, afiches promocionales y revistas. El trabajo de estos profesionales –que, con el tiempo, vendrían a llamarse “diseñadores”– también se volvió fundamental en la arena política, donde los carteles cobraron especial importancia como medios de propaganda, sensibilización y difusión pública.

Una identidad visual para el nuevo Chile

El Archivo de Láminas y Estampas de la Biblioteca Nacional conserva más de 200 afiches realizados entre 1966 y 1979 por algunos de los más destacados nombres del diseño chileno de la época: la Oficina Larrea, la dupla conformada por Waldo González y Mario Quiroz, y Daniel Gleiser. La colección es representativa del auge que experimentó dicho medio visual durante esos años y permite interiorizarse en los aspectos estéticos, políticos y sociales que lo propiciaron. Asimismo, permite analizar las variadas influencias de las que se nutrió el diseño nacional para dar origen a una propuesta vanguardista, pero al mismo tiempo coherente con la realidad local.

Integrando elementos de corrientes como la Bauhaus, la HfG Ulm y el Estilo Tipográfico Internacional con la estética del pop art y la psicodelia, los recursos expresivos del grabado chileno de mediados de siglo y un repertorio iconográfico vernáculo, esta generación de jóvenes creadores renovó la gráfica nacional, en sintonía con las transformaciones que experimentaba la sociedad chilena.

 

Descarga el artículo completo “La gráfica chilena se vuelve moderna: afiches de la Oficina Larrea, la dupla González-Quiroz y Daniel Gleiser en la Biblioteca Nacional”, por Mauricio Vico.