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Lecturas y lectores del Dioscórides en la Biblioteca de la Recoleta Dominica

Acerca de la materia medicinal

En 1555, el médico español Andrés Laguna publicó Acerca de la materia medicinal, y de los venenos mortíferos, una versión traducida y comentada de la farmacopea escrita por el médico griego Pedacio Dioscórides a mediados del siglo I. En su clásica obra, este último describió las virtudes farmacológicas de cerca de 1000 plantas, minerales y sustancias de origen animal, las que ordenó según sus propiedades curativas. Al texto original, Andrés Laguna sumó sus propios comentarios e ilustraciones para facilitar la identificación de cada elemento. La obra de Dioscórides imprimió un sello indeleble a la farmacia occidental, fundada en la teoría médica impulsada por Galeno (s. II d. C.), y siguió vigente hasta la época moderna gracias a traducciones como la de Laguna, que abrió la obra al mundo de habla hispana.

El interés por la obra de Dioscórides se extendió a América y, por cierto, también a Chile, donde el volumen aparece registrado en los inventarios de varias bibliotecas privadas e institucionales durante los siglos XVIII y XIX. Otra evidencia de la presencia de la obra en Chile la constituye el ejemplar de Acerca de la materia medicinal que conserva la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica, en Santiago, correspondiente a la reedición de 1563. Si bien desconocemos cuándo y a través de qué vía ingresó a la colección, sabemos que ello debió ocurrir con posterioridad a la fundación del convento en 1753 y antes de la década de 1840, data del rótulo manuscrito que luce en la primera página.

Lo extraordinario de este ejemplar es que sus páginas contienen numerosas anotaciones realizadas en el siglo XVIII, una particularidad que demuestra el interés que todavía en esa época despertaba la obra en sus lectores. Pero, además, esas apostillas nos entregan pistas para conocer la sensibilidad cultural de quienes tuvieron contacto con el libro: imaginar cómo lo leyeron y con qué propósito, qué pasajes del texto llamaron su atención y cuáles eran sus inquietudes en materia de salud y enfermedad.  

Notas al margen

Las anotaciones o marginalia que presenta el ejemplar son de diversa índole: desde los nombres de sus distintos propietarios hasta marcas que llaman la atención sobre pasajes específicos (dibujos de ojos, manículas, asteriscos) y recapitulaciones del contenido, pasando por cuentas y marcas dejadas al pasar. El contenido de las notas pone de manifiesto la preocupación de los lectores por un amplio abanico de dolencias: llagas, apostemas, gota coral (epilepsia), piedras (cálculos), mal de ijada (cavidad entre las costillas falsas y la cadera), lamparones (escrófulas) y esquilencia (inflamación de la garganta), por nombrar algunas. Asimismo, encontramos anotaciones que designan especies vegetales, ya sea consignando el nombre vulgar del vegetal al que se hace referencia en el texto u ofreciendo una alternativa local a este.

No es posible descartar que este ejemplar de Acerca de la materia medicinal haya sido adquirido para uso doméstico y leído para averiguar sobre las propias dolencias; sin embargo, todo parece apuntar a que, en realidad, estuvo en manos de personas que realizaban labores curativas al interior del convento. La presencia del volumen en la biblioteca conventual abre un campo para reflexionar sobre varios asuntos vinculados a la historia de las ciencias y de la medicina, la historia de la cultura médica y la historia del libro y de la lectura.

 

Descarga el texto completo “El ejemplar de Acerca de la materia medicinal de Dioscórides conservado por la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica: lectores, usos y formas de lectura de los libros de medicina en el Chile tardocolonial”, por Mariana Labarca.

 

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