Las monedas y medallas que atesora el Museo Regional de Rancagua se han agrupado en dos colecciones. Cinco de ellas han pasado a formar parte de la Colección Numismática, como en el caso de la medalla otorgada por la Municipalidad de Buenos Aires al poeta rancagüino Óscar Castro; así como también una moneda de plata española de 1813, que por el anverso tiene un escudo y por el reverso la cara del Rey Fernando VII. Ambas fueron adquiridas por el Museo, mientras que las otras tres fueron donadas.
Las 120 monedas restantes son parte de la Colección Arqueológica. El Museo las reúne por haber sido halladas en excavaciones arqueológicas, en diversos lugares urbanos y rurales del valle central del país.
Al observar las imágenes de las monedas que circularon en los inicios de la república, hay que considerar que el hemisferio occidental estaba viviendo una importante etapa histórica con la caída de los regímenes absolutistas monárquicos y la aparición del régimen republicano, incorporando símbolos y alegorías provenientes de la Revolución Francesa, que se impusieron en el desarrollo de la emancipación nacional y en el establecimiento de la nación.
El primer personaje que apareció en una moneda fue el Libertador Bernardo O’Higgins, el año 1941, en las de un peso, cincuenta y veinte centavos. Más tarde, con la aparición del escudo en reemplazo del peso, surgieron las imágenes de Lautaro, en la moneda de cinco escudos y de Caupolicán, en la de dos escudos.
En la colección existe una moneda que se acuñó en 1890, en la que aparece una mujer con un gorro frigio, distintivo de los libertos de Roma y de la Revolución Francesa. La utilización de esta simbología respondió a la necesidad de imprimir un sello republicano al Estado de Chile. Sin embargo, esa imagen ya había sido utilizada en 1871, al estampar monedas de dos centavos, las que tenían en su anverso el rostro de una mujer con un gorro frigio y en torno a ella la inscripción “República de Chile” y en el reverso la indicación del valor y la frase “Economía es riqueza”.
El simbolismo de la corona de copihues o las espigas de trigo, no es un mero decorado, pues tienen significados ampliamente conocidos: el copihue es nuestra flor nacional y las espigas de trigo remiten a la abundancia y su valor simbólico está ligado al inconsciente colectivo de los pueblos mediterráneos sobre la idea de la procreación y los ciclos de la vida.
En nuestras monedas podemos encontrar alusiones a lo telúrico y a lo cósmico, como el volcán en erupción, el macizo andino, el sol y las estrellas; todos símbolos de la nueva identidad que se quería imponer a una nación que recién se liberaba de las ataduras de una monarquía despótica.
Fueron examinadas treinta de las 120 monedas que forman parte de la Colección de Monedas Arqueológicas del Museo Regional de Rancagua, para ver si era posible analizarlas a la luz de la construcción de imaginarios.
Se determinó que estos objetos sí pueden develar a través de sus textos y simbología una construcción ideológica de claro signo republicano. En 1851, con la dictación de la ley que estableció el sistema métrico decimal, se acuñaron monedas de cobre de un centavo, que su anverso decían “República de Chile” y en su reverso “Economía es riqueza”, y en 1855 se acuñaron monedas de plata de un peso y cincuenta centavos que en su anverso “República de Chile” y en reverso “Por la razón o la fuerza”.
Si bien estas monedas se inscriben en un extenso lapso que va desde el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, evidencian, a partir del periodo independentista en adelante, la construcción de un imaginario patriótico al que la elite del poder político reinante aspiraba.
Todo indica que estamos cada vez más cerca del fin de las monedas en la economía mundial y nacional. Como muchos objetos que han terminado su vida útil serán relegadas a colecciones particulares y a los museos. Por esta razón, resulta aún más significativa la colección que guarda el Museo Regional de Rancagua, al ponerlas en valor como el patrimonio que son y acercarlas a la ciudadanía. Cada una de ellas recuerda hechos importantes en la historia económica y política de Chile.
Es una realidad que los nuevos formatos de pago electrónico, entre ellos las monedas digitales, se están volviendo cada vez más populares y que están desplazando a las metálicas. Tanto es así que el Banco Central de Chile, en su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) de mayo de 2021, aseguró que está analizando el desarrollo de emisión de monedas digitales, para ver cómo avanzar en esta línea. Hoy en nuestro país están vigentes solo cuatro billetes y cuatro monedas, las que son cada vez más escasas. La interrogante que cabe entonces es: ¿hasta cuándo circularán las monedas?
Palabras clave: Construcción de imaginarios, monedas, acuñación, Museo Regional de Rancagua.
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